El pasado 26 de junio, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó con 219 votos a favor y 212 votos en contra, la ley de protección del clima que obliga a las empresas del país a limitar sus emisiones de gases efecto invernadero. El proyecto de ley prevée la reducción de las emisiones en un 17% por debajo de los niveles de 2005 para el año 2020 y la reducción de un 83% para el 2050.
A pesar de la mayoría de demócratas, 43 de ellos se pronunciarion en contra del proyecto de ley, mientras que fueron 8 los republicanos que votaron a favor. El proyecto de ley tendrá que ser aprobado por el Senado para que la ley entre en vigor. En dicha fase, se prevée que el debate sea todavía más intenso.
Estados Unidos es uno de los principales emisores de gases efecto invernadero. Junto con China, emite casi la mitad de los gases efecto invernadero que se emiten en total en el mundo. Por este motivo, es necesaria su implicación en la lucha contra el cambio climático.
Según el repubilcano Frank Lucas, esta ley “pone en peligro el nivel de vida y la calidad de vida de los estadounidenses”. Esperemos que los temores a sus efectos sobre la economía y el precio de la electricidad y el petróleo, no frenen su aprobación. Cuanto más tarde se haga algo, mayores serán los costes, para los estadounidense y para todos nosotros.
A pesar de la mayoría de demócratas, 43 de ellos se pronunciarion en contra del proyecto de ley, mientras que fueron 8 los republicanos que votaron a favor. El proyecto de ley tendrá que ser aprobado por el Senado para que la ley entre en vigor. En dicha fase, se prevée que el debate sea todavía más intenso.
Estados Unidos es uno de los principales emisores de gases efecto invernadero. Junto con China, emite casi la mitad de los gases efecto invernadero que se emiten en total en el mundo. Por este motivo, es necesaria su implicación en la lucha contra el cambio climático.
Según el repubilcano Frank Lucas, esta ley “pone en peligro el nivel de vida y la calidad de vida de los estadounidenses”. Esperemos que los temores a sus efectos sobre la economía y el precio de la electricidad y el petróleo, no frenen su aprobación. Cuanto más tarde se haga algo, mayores serán los costes, para los estadounidense y para todos nosotros.