
Los científicos aseguran que se podrían cubrir las necesidades energéticas de toda Europa con sólo el 0,3% del territorio del desierto del Sahara. Pero el proyecto va más lejos, sus responsables esperan establecer una red de cooperación entre Europa y África del Norte para aprovechar no sólo la energía solar, sino también eólica, hidroeléctrica, biomasa y geotérmica generada en esas zonas más pobres.
Si se consigue la financiación requerida, en las mismas instalaciones se podrían poner en marcha varias desaladoras que podrían suministrar agua potable y para crear cultivos sostenibles para las zonas más necesitadas de África, ayudando a reducir la pobreza.
En definitiva, puede que el proyecto (a priori muy interesante) sirva para establecer los cimientos de una nueva red eléctrica necesaria para aprovechar eficientemente las ventajas de las energías renovables.
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