La abundancia de fitoplancton o plancton vegetal, el primer elemento de la cadena alimentaria en los océanos, disminuyó de manera acusada a lo largo del pasado siglo, según confirma un completo estudio elaborado por la Universidad de Dalhousie, en Halifax (Canadá).
El estudio, que ha publicado la revista Nature, estima que la reducción fue de aproximadamente un 1% anual desde 1900, aunque con una tendencia superior a partir de 1950, previsiblemente por efecto del cambio climático y las mayores temperaturas superficiales de las aguas oceánicas, dicen los autores.
El fitoplancton, formado por organismos microscópicos que viven suspendidos en el agua, es la base de la alimentación tanto del zooplancton como de mamíferos de gran tamaño (cetáceos), numerosas aves marinas y la mayoría de los peces. “Son el combustible del ecosistema marino. Su disminución afecta a toda la cadena trófica y a los seres humanos”, escriben Daniel Boyce, Marlon Lewis y Boris Worm, los tres principales autores de la investigación.
La tendencia es especialmente intensa en las regiones tropicales y en las más polares, sobre todo en el Pacífico, mientras que el sur del Índico se comporta de forma sorprendente en sentido contrario, subraya el estudio.
El equipo de la Universidad Dalhousie ha combinado los datos históricos tomados por buques oceanográficos desde 1899, así como los más modernos suministrados por satélites, desde 1979. La base de datos totaliza más de medio millón de análisis de fitoplancton.
Los científicos han encontrado una correlación entre la disminución del fitoplancton y el aumento de las temperaturas superficiales del mar. El descenso se acelera a partir de 1950, con un retroceso acumulado del 40% desde entonces.
El fitoplancton está constituido especialmente por cianobacterias, diatomeas y otros organismos fotosintéticos. “El fitoplancton desempeña un papel fundamental en el ecosistema del planeta. Produce el 50% del oxígeno que respiramos, reduce el dióxido de carbono y es importante para la industria pesquera. Un mar con menos fitoplancton funciona de manera diferente”, prosigue Worm.
El aumento de la temperatura del agua se correlaciona con un menor crecimiento del fitoplancton. Las algas microscópicas necesitan luz y alimento para crecer, efectivamente, pero cuanto más se calienta el agua, más se reduce la cantidad de alimentos que logran alcanzar la superficie. Fenómenos como El Niño también tienen un claro impacto. Estudios anteriores también habían vinculado el descenso del fitoplancton en zonas polares al debilitamiento de la capa de ozono y al aumento de la radiación ultravioleta.
La temperatura superficial tiene una influencia crucial sobre la biodiversidad marina, sostiene otro estudio publicado en la misma revista. El equipo dirigido por Derek Tittensor, también de la Universidad de Dalhousie, analizó la relación entre los parámetros ambientales y la distribución de 11.000 especies pertenecientes a 13 grupos principales (zooplancton, plantas, invertebrados, peces, mamíferos …). El estudio sugiere que “el calentamiento de los océanos podría alterar la distribución de la vida en sus aguas”.
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