Un gesto tan sencillo como reciclar un residuo de papel o cartón supone importantes beneficios para el medio ambiente. Por ello, los consumidores son determinantes en la mejora de su entorno utilizando correctamente los contenedores azules. En este sentido, las cifras de recogida y reciclaje en España han aumentado en los últimos años, aunque los responsables de este sector aseguran que la actual crisis económica podría poner en peligro esta tendencia.
Las ventajas medioambientales de reciclar papel y cartón son muy diversas. Por cada tonelada de papel que se recoge y se recicla se ahorran dos metros cúbicos de vertedero, 140 litros de petróleo, 50.000 litros de agua y la emisión de 900 kilos de dióxido de carbono (CO2), uno de los gases de efecto invernadero causante del cambio climático.
Ahora bien, para lograr una correcta recuperación y reciclaje del papel y del cartón usado, el consumidor tiene que concienciarse del procedimiento adecuado a seguir. Para empezar, hay que conocer qué residuos se pueden depositar en el contenedor azul y cuáles no. Los restos de periódicos, revistas, cajas o embalajes de cartón y bolsas de papel son los indicados, mientras que el papel de cocina, las servilletas de papel manchadas, los tetra bricks, el papel de aluminio o sanitario, así como las etiquetas adhesivas no son válidos.
En definitiva, el papel y el cartón usados no deben llevar restos de otros residuos, porque de lo contrario contaminarán el conjunto y dificultarán su reciclaje, ya que tienen que ser separados en las plantas de recuperación. En este sentido, se estima que entre un 3% y un 5% del material arrojado a los contenedores azules no es papel ni cartón.
Por otra parte, no hay que olvidar que el reciclaje es la tercera opción en importancia de las famosas tres erres, más si cabe en el caso de este material: se cree que un 19% del papel consumido es irrecuperable, bien porque se almacena en forma de libros, revistas, documentos, etc., o bien porque su uso hace inviable su recuperación. Asimismo, la fibra de celulosa puede ser reutilizada sólo una media de seis veces, impidiendo así su posterior reciclaje.
Por ello, hay que incidir en la reducción o el ahorro en el uso del papel y el cartón, así como en su reutilización. En primer lugar, hay que utilizar productos de papel sólo cuando sea necesario, aprovechándolos al máximo. Por ejemplo, se pueden evitar los embalajes innecesarios o recargados, los folios se pueden utilizar por ambas caras, y siempre que se pueda, evitar imprimir documentos que se puedan consultar en el ordenador.
Asimismo, también se pueden reutilizar los papeles de regalo, y las bolsas de papel pueden servir para almacenar los restos de papel y cartón. Por su parte, se puede reducir e incluso eliminar el uso del papel de cocina al sustituirse por trapos de tela o bayetas. Los periódicos y revistas se pueden compartir, o consultar en las bibliotecas, y también se puede evitar coger publicidad innecesaria. Y como una manera de concienciar a los más pequeños, se puede fabricar artesanalmente en casa papel reciclado.