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sábado, 28 de febrero de 2009

El deshielo de los polos afecta ya a las corrientes oceánicas

Una investigación en el marco del Año Polar Internacional (API) 2007-2008 aporta nuevas pruebas sobre la generalización de los efectos del calentamiento global en las regiones polares, según han anunciado sus autores en un comunicado. La nieve y el hielo están disminuyendo en ambas regiones polares, lo que afecta tanto a la vida humana como a la vida animal y vegetal local del Ártico, y a la circulación oceánica y atmosférica mundial y al nivel del mar. Estos son sólo algunos de los resultados que figuran en el documento Estado de la Investigación Polar [archivo en PDF], publicado hoy por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU).

El API se puso en marcha en marzo de 2007 y comprende un período de dos años que abarca hasta marzo de 2009 para permitir que se puedan realizar observaciones en ambas regiones polares. Para Michel Jarraud, Secretario General de la OMM, “las nuevas pruebas resultantes de la investigación polar consolidarán la base científica sobre la que se fundamentarán las actividades del futuro.”

El comunicado de prensa asegura que ahora queda claro que las capas de hielo de Groenlandia y de la Antártida están perdiendo masa, lo que contribuye a la elevación del nivel del mar. El calentamiento en la Antártida está mucho más generalizado de lo que se pensaba antes del API y resulta que en Groenlandia cada vez hay menos volumen de hielo. Los investigadores también descubrieron que en el Ártico, durante los veranos de 2007 y 2008, la extensión mínima del hielo marino durante todo el año disminuyó al nivel más bajo detectado nunca desde que empezaron a elaborar a registros satelitales hace 30 años.

En las expediciones realizadas en el marco del API se registró también un ritmo sin precedentes de la deriva de los hielos en el Ártico. Debido al calentamiento global, cambiaron los tipos y el alcance de la vegetación en el Ártico, lo que afectó a los animales de pastoreo y a la caza. Otras pruebas del calentamiento del planeta son las obtenidas por los buques de investigación del API, que han confirmado que el nivel de calentamiento del océano Austral está por encima de lo normal. El enfriamiento de las corrientes de los fondos oceánicos cerca de la Antártida es coherente con el aumento del derretimiento del hielo de la Antártida y podría afectar a la circulación oceánica. Por consiguiente, el calentamiento global afecta a la Antártida de formas que antes no se conocían.

La investigación realizada en el marco del API también ha identificado grandes reservas de carbono almacenado como el metano en el permafrost (capa profunda del suelo permanentemente helada). El deshielo del permafrost amenaza con desestabilizar el metano -un gas de efecto invernadero- almacenado y enviarlo a la atmósfera. De hecho, los investigadores del API que se encontraban a lo largo de la costa de Siberia observaron emisiones sustanciales de metano procedentes de los sedimentos de los océanos.


jueves, 26 de febrero de 2009

Construirán el mayor parque eólico de Lationamérica

La multinacional española Acciona construirá en México, a través de su empresa energética, Acciona Energía, el mayor parque eólico de Latinoamérica. Concretamente, se han destinado 550 millones de dólares (427 millones de euros) a este parque eólico de 250,5 MW situado en la zona de Oaxaca, al sur de México.

El parque, bautizado como Eurus, destinará su producción eléctrica a suministrar a la cementera mexicana Cemex. Constará de 167 aerogeneradores de 1,5 MW cada uno, de tecnología Acciona Windpower y tendrá una extensión de 2.500 hectáreas.

Según explica Acciona en un comunicado, la energía que generará el parque Eurus “sería suficiente para cubrir el consumo de una población de 500.000 habitantes y permitirá evitar el equivalente a 600.000 toneladas de CO2 por año, es decir, aproximadamente el 25% de las emisiones totales generadas por una población como la citada”. Así, cubrirá un 25% de las necesidades energéticas de Cemex en México.

El presidente de México, Felipe Calderón, inauguró la pasada semana la primera fase del parque, en el curso de un acto institucional en el que ha manifestado su apoyo al desarrollo de las energías renovables en el país.

Eurus será uno de los mayores parques eólicos del mundo y el segundo en reducción de emisiones registrado ante las Naciones Unidas al amparo del Protocolo de Kioto. Tendrá asimismo uno de los mayores índices de reducción de emisión por capacidad instalada en el mundo, debido a su alto potencial eólico.


miércoles, 25 de febrero de 2009

El cambio climático perfila una Iberoamérica más pobre e improductiva

Incremento de la temperatura (1ºC en el último siglo), aumento del nivel del mar (dos o tres milímetros al año desde 1980) por efecto del deshielo y alteraciones en el patrón pluvial (más lluvias en algunas zonas y más sequía en otras). Son los síntomas de los fenómenos extremos que configuran la nueva identidad del clima en el Caribe y América del Sur, de acuerdo con el último informe del Banco Mundial (BM). Sin titubeos, la entidad multilateral de crédito ha advertido ayer en Lima (Perú) que si no se actúa para mitigar los efectos y detener el cambio climático, Iberoamérica será más pobre e improductiva. Y padecerá el mal de los males: la falta de agua potable.

En el inventario de los daños naturales irreversibles en la región, el BM menciona que varios de los glaciares más pequeños -de una extensión menor a un kilómetro cuadrado- han perdido una superficie significativa. “La desaparición prevista de los glaciares tropicales de los Andes tendrá consecuencias económicas para la disponibilidad de agua y de energía hidroeléctrica”, advierte el banco. A este ritmo de calentamiento, ese pronóstico -siempre según la entidad- se cumplirá en el año 2020.

La lista de los perjuicios verificados como consecuencia del cambio climático incluye desde el blanqueamiento de los arrecifes de coral caribeños (este fenómeno, producido por el aumento de la temperatura del mar, afecta al 65% de las especies de peces de la región) hasta la “dramática extinción” del bosque pluvial del Amazonas, proceso que transformará en sabanas a grandes extensiones verdes. El BM señala que los huracanes se han vuelto más intensos apoyándose en la estadística: el número y la frecuencia ha crecido sin parar desde 1995, después de cuatro décadas de relativa tranquilidad. El hito histórico ocurrió en 2005, cuando 14 huracanes avanzaron sobre el Atlántico Norte.

Los autores del informe aseguran que cambio climático en Iberoamérica será sinónimo de cambio en los tiempos de reproducción y de distribución de las especies. A esta velocidad de modificación del clima, la productividad agrícola de Sudamérica -cuya economía depende de los cultivos- caerá entre un 12% y un 50% en el siglo XXII, y enfermedades antiguas como el dengue y la malaria se trasladarán a nuevos lugares. El BM cree que, lejos de erradicarse, el dengue crecerá un 21% hacia 2050 y hasta un 64% hacia 2100.

Las calamidades que enfrenta Iberoamérica como consecuencia del cambio climático no guardan relación con el pequeño porcentaje de dióxido de carbono con el que contribuye al deterioro del medioambiente. El informe de la entidad de crédito precisa que Sudamérica y el Caribe son responsables sólo del 12% de las emisiones globales. El BM considera que, auxilio internacional mediante, este porcentaje podría disminuir de manera considerable y hasta desaparecer con políticas que promuevan el transporte público y la generación de energía renovable, un potencial de la región. El informe subraya el ejemplo de Brasil, que ha dado pasos decisivos en la senda de las energías alternativas como la hidroelectricidad, el etanol y el biodiesel.

Pero el gran cambio que debe emprender Iberoamérica para contener el cambio climático requiere -insiste el BM- una inversión sincronizada en infraestructura para almacenamiento de agua, alcantarillado, control de inundaciones y sistemas de salud pública. El gran cambio no ocurrirá sin el aporte económico de los países desarrollados.


Combatir la nieve de forma más ecológica

Su bajo coste y su capacidad de disminuir el punto de congelación del agua hacen de la sal común (cloruro sódico) la sustancia más económica y efectiva en la lucha contra la acumulación de nieve y las resbaladizas y peligrosas placas de hielo en carreteras y centros urbanos. Sin embargo, un vertido masivo e indiscriminado conlleva diversas consecuencias ecológicas, económicas y sanitarias negativas. Su uso se puede reducir con otras sustancias alternativas que pueden sustituirla o combinarse con ella, y sobre todo, con una utilización selectiva y organizada.

En países con nevadas muy copiosas como Estados Unidos (EE.UU.), Canadá, Alemania, Finlandia, Suecia o Austria la utilización de la sal se ha reducido o eliminado, en algunos casos incluso con multas. En Berlín, los ciudadanos, que deben encargarse por sí mismos de mantener a raya la nieve de sus aceras o portales, pueden recibir sanciones de hasta diez mil euros si emplean para ello la sal. En Madrid, los responsables de esta Comunidad están buscando otras alternativas a la sal común, después de su uso generalizado en los últimos temporales sufridos.

Y es que los impactos sobre el suelo, el agua y algunas especies especialmente sensibles son variados, como apuntaba un informe realizado en el año 2000 por el Ministerio de Medio Ambiente canadiense: daños graves en plantas y árboles hasta a 200 metros de las carreteras tratadas con sal; disminución de la vida salvaje al contar con menos recursos naturales; incremento de la toxicidad en sangre y tejidos de diversos animales que ingieren el agua salada; o aumento de accidentes provocados por animales como ciervos, alces o pájaros que invaden las carreteras al ser atraídos por la sal.

Numerosos expertos explican además que, en concentraciones elevadas, la sal puede incrementar la acidez del agua, provocando efectos similares a los de la lluvia ácida. Algunos estudios han señalado también especies particularmente sensibles, como el pino blanco o algunas clases de anfibios. En este sentido, se han observado especies aisladas al considerar una barrera infranqueable las carreteras saladas, o una reducción en su capacidad de reproducción, como el caso de la salamandra moteada.

Los expertos también recuerdan otros efectos en los ecosistemas, como inhibición de la capacidad de absorber agua en plantas y árboles, salinización del suelo y del agua superficial o subterránea (acuíferos) o transformación de las propiedades de ciertos minerales.

Las consecuencias económicas también son importantes. El cloruro sódico tiene propiedades corrosivas, por lo que utilizado en grandes cantidades en las carreteras acelera el proceso de oxidación de la chapa y los bajos de los automóviles. Por ello, sus usuarios tienen que pagar más por su mantenimiento o por la instalación de sistemas anticorrosión. Por otra parte, la conjunción de la sal, el hielo y el paso de las máquinas quitanieves puede provocar la aparición de baches y agujeros que estropean el aglomerado de calles y carreteras.

En el aspecto sanitario, los daños a la vegetación pueden perjudicar la calidad del agua utilizada para su uso urbano, ya que se reduce la capacidad natural de absorber elementos contaminantes. En cuanto a la sal en sí misma cuando llega al agua de consumo, algunos expertos aseguran que el principal problema es el cambio de sabor, aunque un informe del Consejo de Investigación Nacional (NRC) de EE.UU. advertía de los riesgos del aumento de la salinidad en el agua para las personas hipertensas.

En cualquier caso, los científicos reclaman más investigaciones para evaluar mejor los posibles impactos negativos del uso de estas sustancias antinieve y poder desarrollar sistemas más eficaces y menos dañinos.


miércoles, 18 de febrero de 2009

Globos para lograr energía solar

Un inventor australiano, Ian Edmonds, propone un sistema para lograr energía mediante generadores accionados por globos calentados con la luz solar. Su responsable cuenta además con una treintena de patentes que tratan de aprovechar las energías renovables de formas muy curiosas. Aunque sean más o menos plausibles, las ideas originales y atrevidas son el fundamento de la innovación y el desarrollo tecnológico. La ciencia amateur también existe, y es necesaria.

La originalidad del "invento" consiste en darle un nuevo enfoque a la tecnología de "torre solar". En este tipo de instalaciones, el aire es calentado en un gran colector solar, una estructura similar a un invernadero, ubicado alrededor de la base de una chimenea de gran altura. La fuerza de convección resultante provoca que el aire caliente escape por la torre, moviendo unas turbinas que generan electricidad. Su ejemplo más destacado fue un prototipo construido en España en 1982, en concreto en Manzanares (Ciudad Real). Esta planta piloto poseía una chimenea de 195 metros de altura y 10 metros de diámetro, y un invernadero de 244 metros de diámetro, con los que logró generar un máximo de 50 kilovatios (kW), una energía suficiente para diez hogares. Tras ocho años de funcionamiento, la corrosión y una tormenta acabaron con la torre, y la planta se cerró finalmente.

Uno de los factores clave de estas instalaciones es la altura de las torres. Su eficiencia es proporcional a la altura de la torre y, por ello, se han propuesto posteriormente instalaciones con torres de 500 metros o superiores, aunque las pruebas han demostrado que hoy en día no son competitivas.

Para ganar altura, Ian Edmonds propone sustituir la torre por un "globo solar", similar a uno convencional, sólo que consigue elevarse gracias únicamente a la radiación solar. Para ello se basa en un plástico de polietileno ultraligero y de color negro, de manera que absorbe más el calor del sol. Edmonds explica que la idea sería similar a un motor de dos tiempos. El globo se calentaría con la energía procedente del colector solar, y se elevaría a una altura de 3.000 metros. El globo llevaría un cabo atado a un generador, que accionaría a medida que fuera elevándose. Al llegar a su cénit, se liberaría parte del calor para que fuera descendiendo, lo que volvería a mover el generador.


lunes, 16 de febrero de 2009

Un láser para rastrear el CO2 de los bosques

Por increíble que parezca una nueva tecnología permite en España controlar uno a uno los árboles de los bosques mediante esta nueva técnica de radar aérea.

La precisión es tal que además de medir correctamente la masa forestal, permite conocer con exactitud el dióxido de carbono (CO2) que retiene y que retendrá la biomasa que está en continuo crecimiento.

El radar en cuestión se llama Light Detection and Rangig (LIDAR) y a bordo de un avión es capaz de rastrear el bosque con una precisión de 20 centímetros en horizontal y 15 centímetros en altura. Lanza 150.000 impulsos por segundo que peinan una banda del territorio de 600 metros de ancho. Cuando rebota el láser se detecta mediante GPS la posición.

«Es una tecnología puntera de una precisión asombrosa, que nos permitirá conocer cuánto CO2 mantienen fijado nuestros bosques y las previsiones de los próximos años según el manejo que hagamos», aseguran los que lo han utilizado. «Con LIDAR medimos absolutamente todo: las alturas y densidades de cada árbol. También su edad y diámetro, que nos permite conocer cuánto CO2 más podrá fijar durante su crecimiento. Ya sólo basta aplicar un programa informático en el que se introduce la especie, y tenemos el volumen de CO2 fijado en cada masa forestal», aseguró el ingeniero forestal Diego Cuasante.

viernes, 13 de febrero de 2009

Los expertos avisan de que los temporales serán más intensos y las olas más grandes

El cambio climático provoca un aumento de los fenómenos extremos que se repiten cada ocho o nueve años en el Atlántico por una oscilación de la atmósfera llamada NAO. Una ola de más de 26 metros, tan alta como un edificio de siete u ocho plantas, inédita en los registros de las boyas que Puertos del Estado y el Instituto Oceanográfico Español tienen repartidas por el litoral del país. Ocurrió el pasado 24 de enero, a 22 millas al norte de Santander, durante el temporal de viento más intenso del invierno. ¿Deberíamos asombrarnos? Los expertos dicen que no, pero con matices.

“No quiere decir que no sea algo excepcional”, asegura Raúl Medina, director del Grupo de Ingeniería Oceanográfica y de Costas de la Universidad de Cantabria y encargado del informe del Ministerio de Medio Ambiente sobre el impacto del cambio climático en las costas. Porque hay que ir acostumbrándose. Las olas gigantes son un ejemplo más de la respuesta de la naturaleza a la contaminación, junto con el efecto de la NAO, una oscilación atmosférica que se repite cada siete, ocho o nueve años en el Atlántico Norte y que intensifica la fuerza de las borrascas durante dos o tres inviernos.

Algo así como la réplica atlántica de El Niño o La Niña, las corrientes marinas del Pacífico que originan los devastadores huracanes en Estados Unidos. De su actividad depende la variación del invierno. O seco y húmedo en la Península o como ahora, repleto de fuertes temporales. “La naturaleza tiene sus ciclos y tendencias. La gente sabe que en invierno hace frío y en verano calor, pero cuando son más largos, se olvida”, explica Medida. Por eso, hace más o menos una década, la costa gallega y cántabra estaban inmersas en un tiempo muy parecido al de estos días y precisamente entonces se marcaron dos de los récords en la altura de las olas. De hasta 9 metros de altura significante -que marca la media de un tercio de las olas recogidas durante un periodo de tiempo, generalmente una hora- en el Cabo de Peñas, frente a Asturias; o de 11,1 metros en Cabo Silleiro. Con la NAO de nuevo en fase negativa diez años después, se han vuelto a batir marcas históricas: los 12,7 y 12,8 metros de Cabo Vilán y Estaca de Bares, respectivamente, el pasado invierno, y los 14,8 metros -y un pico de 26- de Santander el día 24.

“Lo que estamos observando es que el cambio climático está provocando que los fenómenos sean cada vez más extremos”, sostiene Raúl Medina. “Como cuando se sube una escalera -añade-. Cada ocho años hay más temporales, más grandes otros ocho años después y todavía más cuando pasan 16″. La revisión de los datos meteorológicos y oceanográficos de los últimos 50 años así lo refleja. “En un par de años, otro ciclo de poca lluvia”, avanza. Para luego pedir una reflexión: “Hay que adaptarse. Esta ola de Santander, como en su momento las de Galicia, debe hacernos pensar, reflexionar sobre el futuro y los gestores tenerlo en cuenta a la hora de diseñar las infraestructuras”. En Laredo (Cantabria), por ejemplo, han tenido que revisar hasta tres veces el proyecto de su puerto ante la previsión de más oleaje en el Cantábrico y Galicia.


martes, 10 de febrero de 2009

EcoCabs: Transporte Gratuito y Libre de Emisiones

EcoCabs es una compañía irlandesa de taxis ecológicos que ha desarrollado una estrategia win-win para el transporte urbano: publicidad móvil en un transporte híbrido que utiliza la tracción humana ayudada por un motor eléctrico.

El modelo de negocio se basa en que los sponsors que se anuncian en estos vehículos hacen posible que el transporte sea gratuito para el usuario. Además, como una estrategia más de márketing, los conductores de los EcoCabs informan a los viajeros del producto o marca que se anuncia. Los Eco Cabs se están utilizando tanto para el transporte de pasajeros como para realizar rutas turísticas en Dublín.

Con este sistema se contribuye a descongestionar la ciudad y reducir los niveles de ruido generados por el tráfico. Este es un claro ejemplo de márketing ambiental, que añade valor a la imagen de marca con el atributo de ser "verde" al anunciarse en un vehículo ecológico.

jueves, 5 de febrero de 2009

La acidez de los océanos amenaza la cadena alimentaria

Los océanos se han venido protegiendo de los drásticos efectos del cambio climático absorbiendo una porción sustancial del gas de efecto invernadero. Sin embargo, un panel internacional de científicos marinos alerta ahora que la acidez del océanos está aumentando a una velocidad tan impresionante que amenaza seriamente la supervivencia de los arrecifes de corales, los mariscos y la cadena alimentaria marina en general.

Este grupo de expertos, integrado por 155 científicos de 26 países y otras comunidades científicas internacionales, no han sido los primeros en señalar el aumento de la acidez de los océanos como una grave amenaza medioambiental. Un grupo de eminentes científicos, conocido como «The Nature Conservancy», ya realizó una evaluación similar el pasado mes de agosto, sin embargo, han sido los duros términos utilizados en este último informe y el respaldo internacional recibido por este equipo de investigación, el que le ha dado una fuerza inusual. En él hacen un llamamiento a una «acción urgente» para reducir drásticamente las emisiones de dióxido de carbono.

Durante un congreso celebrado el pasado mes de octubre en Mónaco, este grupo de expertos advirtió que «los severos daños son inminentes». El informe, denominado «Declaración de Mónaco», alerta que el aumento de la acidez está interfiriendo en el crecimiento y la salud del marisco y corroyendo los arrecifes de corales, procesos que pueden afectar la cadena alimentaria marina en general. Este panel de científicos, ya ha alertado que se han detectado una disminución en el peso de los mariscos y una interferencia en el crecimiento de la estructura del coral.

En concreto, Jeremy Jackson, un experto en coral en el «Scripps Institution of Oceanography» de San Diego, explicó que «ya no existen dudas» de que este proceso de aumento de la acidez de los océanos es el principal problema. «Nadie se ha centrado hasta ahora en ello porque todos estamos demasiado preocupados en el calentamiento», afirmó Jackson, quien insistió en que «está claro que la acidez es la mayor amenaza» en estos momentos para los océanos.

El dióxido de carbono, producido principalmente por la combustión del petróleo es el principal componente de los gases de efecto invernadero, los cuales han registrado un aumento sostenido desde el inicio de la Revolución Industrial en el siglo XVIII.


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