Estos expertos prevén un aumento del 73% hasta el 98% de machos en algunas especies de peces, frente al 50% esperado. Apuntan, no obstante, que la temperatura no es un factor tan determinante en la conformación del sexo como se creía.
"Hasta ahora se pensaba que en un gran número de especies de peces, igual que en los reptiles, el sexo en los individuos estaba determinado por la temperatura ambiental y no por la información genética. Este mecanismo, que se conoce como determinación del sexo dependiente de la temperatura, implica que no hay diferencias genéticas entre machos y hembras, sino que es la temperatura a la que están sometidos los animales durante el desarrollo temprano lo que establece si un individuo será macho o hembra", explica Francesc Piferrer, responsable del estudio.
Para el trabajo se estudiaron 59 especies de peces en las que se había postulado la determinación del sexo dependiente de la temperatura. El equipo investigador descubrió que en 40 de ellas la temperatura había establecido el sexo y en todos los casos había provocado una mayor proporción de machos.
Los científicos establecieron que un incremento de 1,5 grados en el agua (un aumento prácticamente seguro, según la previsión del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático), haría subir la proporción de machos hasta el 73% en algunas especies. En el caso de un aumento de cuatro grados, algo que también podría suceder, la proporción de machos se elevaría hasta un máximo del 98%.
"En el peor de los casos, sólo quedaría un 2% de hembras, lo que compromete seriamente la supervivencia de las especies", advierte el investigador del CSIC, que trabaja en el Instituto de Ciencias del Mar, en Barcelona.