¿Por qué no hicimos nada si pudimos hacerlo?, es la pregunta que se plantea en la película “The Age of Stupid (La edad de la estupidez) -que tiene previsto su estreno mundial para el 22 de septiembre-, con el objetivo de reflexionar sobre la inacción de la sociedad planetaria para contrarrestar los efectos sobre el cambio climático.
Con imágenes impactantes, la película se convierte en un alegato donde se advierte un final trágico si no se cambian los hábitos de consumo excesivo, el actual sistema de medios de transporte, la explotación de los recursos naturales, el uso de la energía y la deforestación, entre otros temas.
La película, que ha sido escrita y realizada por la británica Franny Armstrong y producida por John Baltsek (nominado a un Oscar por “Un día de septiembre”), tendrá su premier mundial el día en que la Asamblea General de las Naciones Unidas trate el tema del calentamiento global.
Con una particular forma de financiación –se hizo con la venta de acciones a individuos y grupos preocupados por el cambio climático-, la película pretende que el espectador sienta la responsabilidad que le cabe en cada acción cotidiana y de esta manera, cambie sus costumbres.
Un día antes del estreno mundial, la película se proyectará en un cine que funciona a energía solar en la ciudad de Nueva York, al que asistirán diversas personalidades que caminarán por una alfombra verde, alimentada por energía solar.
Con imágenes impactantes, la película se convierte en un alegato donde se advierte un final trágico si no se cambian los hábitos de consumo excesivo, el actual sistema de medios de transporte, la explotación de los recursos naturales, el uso de la energía y la deforestación, entre otros temas.
La película, que ha sido escrita y realizada por la británica Franny Armstrong y producida por John Baltsek (nominado a un Oscar por “Un día de septiembre”), tendrá su premier mundial el día en que la Asamblea General de las Naciones Unidas trate el tema del calentamiento global.
Con una particular forma de financiación –se hizo con la venta de acciones a individuos y grupos preocupados por el cambio climático-, la película pretende que el espectador sienta la responsabilidad que le cabe en cada acción cotidiana y de esta manera, cambie sus costumbres.
Un día antes del estreno mundial, la película se proyectará en un cine que funciona a energía solar en la ciudad de Nueva York, al que asistirán diversas personalidades que caminarán por una alfombra verde, alimentada por energía solar.
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