En este modelo de consumo compulsivo en que estamos inmersos, muchos hogares usualmente echan a la basura alimentos en buen estado. Sólo en Reino Unido se desechan a la basura 6,7 millones de toneladas de alimentos al año… para verlo mejor, la cantidad equivale a tirar una de tres bolsas de alimento en buen estado a la basura, como si nada. La estadística no está hecha en base a las cáscaras, cuescos, o residuos de comida que se tiran, sino en base a la comida completa y en buen estado que se echa a la basura. Un 40% de estos alimentos son frutas y vegetales, y el resto se compone de carnes, pescados, pan, lácteos, arroz y pasta.
El problema es grave si lo consideramos también a nivel global, porque un 20% de los gases de efecto invernadero proviene de la producción, transporte, preparación y almacenaje de alimentos y bebidas. Éste problema empeora cuando se trata de basuras que no van a parar al reciclaje sino a vertederos, donde terminan produciendo más gases de efecto invernadero por la lenta descomposición, la contaminación de las napas freáticas, etc. Si todos esos alimentos se hubieran consumido en vez de haberse tirado a la basura, se ahorraría la emisión de 15 millones de toneladas de CO2 al medio ambiente.
Las principales razones por las que se arroja la comida es porque se preparó mucha cantidad, o porque se compró mucha más de la que se usaría finalmente. Entonces, para ayudar y educar a los consumidores, el programa tiene el sitio web Love Food Hate Waste para ayudarnos a gestionar y usar lo justo sin tirar nada!
Entre la información disponible en este site hay consejos tanto para comprar como para conservar y reutilizar los alimentos. También hay info sobre marcas, packagings, etiquetas, tanto para los consumidores como para los negocios. La idea es aprender a dañar menos al planeta aprendiendo a utilizar menos recursos a la hora de comer.
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