Los desarrolladores aseguran que el sistema no disparará el precio del kilovatio/hora y calculan que este mercado pueda alcanzar los 40.000 megavatios en 2020, que sería energía suficiente para abastecer a 30 millones de hogares.
El hecho de situar estos molinos a 32 kilómetros de la costa es porque en esta zona es donde los vientos soplan con más fuerza y durante más tiempo. El problema radica en que a esta distancia la profundidad es de más de 20 metros, lo que resultaría muy costoso. Pero ahora, una nueva tecnología posibilita la fabricación de turbinas flotantes que puedan ser instaladas en mar abierto con menos coste.
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