La escasez y restricciones de suministro va a afectar a los planes contra el fuego, aunque las autoridades califican los incendios como situaciones de emergencia, por lo que las labores de extinción tienen el suministro de agua garantizado. El problema es de dónde sacarla. Existe la posibilidad de utilizar agua no de boca, es decir, no apta para el consumo humano, como las no tratadas por las plantas depuradoras en algunos ayuntamientos.
La solución más viable y fácil, pero también más peligrosa es utilizar agua del mar. Es una fuente inagotable y el sistema de recogida muy sencillo, tanto para los aviones y helicópteros, como para los camiones aljibe, que pueden cargar sus depósitos a pie de playa. El problema es que el salitre del agua marina afecta a los depósitos de estos vehículos y, lo que es peor, puede afectar gravemente a los bosques y su etorno natural.
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