La proliferación de diversas especies de insectos, roedores, hongos, bacterias o malas hierbas puede conllevar diversos problemas en las ciudades. Algunos de estos seres actúan como vectores que transmiten enfermedades, causan alergias, picaduras, etc. Asimismo, su impacto medioambiental también puede ser grave. Además de posibles daños materiales tanto en espacios naturales como en viviendas e instalaciones industriales, su acoso puede provocar la desaparición de la fauna y la flora autóctonas. Si estos seres encuentran las condiciones medioambientales y de alimento adecuadas, la expansión de la plaga está garantizada: Los vertederos incontrolados, las basuras acumuladas o el alcantarillado en mal estado son el paraíso de las plagas urbanas.
Asimismo, en los últimos años, fenómenos como el cambio climático, la globalización o la intensificación del transporte internacional de mercancías estarían contribuyendo también a su expansión, según la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA), que representa a la mayoría de empresas de este sector.
Por ejemplo, una especie que ha agradecido estos últimos años de inviernos más suaves es la cucaracha americana. De mayor tamaño y más común en las zonas templadas, empieza a verse cada vez más en zonas del interior peninsular e incluso en fechas próximas al invierno. Asimismo, el tráfico internacional de mercancías ha favorecido la entrada de especies invasoras en España como la cotorra argentina, el visón americano, el mejillón tigre, o el mosquito tigre.
Por otra parte, la ANECPLA afirma que otro de los efectos de la globalización es que los insectos y la transmisión de enfermedades exceden los límites geográficos. Asimismo, subrayan, más de tres cuartas partes de las enfermedades humanas nuevas, emergentes o reemergentes son zoonosis, es decir, causadas por patógenos originarios en animales o de productos de origen animal y, en la actualidad, se estima que un nuevo virus contagioso podría alcanzar todos los continentes en menos de tres meses.
Por ejemplo, el Chikungunya, un virus originario del continente africano y del sureste asiático y que se transmite por la picadura de mosquitos del género Aedes spp, llegó a provocar en 2007 un brote en Italia.
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