Los científicos creen que el incremento de las temperaturas causó una migración de insectos desde los trópicos a nuevos hábitats en latitudes tradicionalmente más frías, mientras que niveles más altos de dióxido de carbono dificultaron su acceso a los nutrientes que contienen las plantas. "Nuestro estudio muestra convincentemente que hay un vínculo entre la temperatura y el consumo de hojas por parte de los insectos", dijo Ellen Currano, una estudiante de postgrado de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos).
"Cuando aumenta la temperatura, también se incrementa la diversidad del daño causado por la alimentación de los insectos en las (diferentes) especies de plantas", agregó la autora principal del estudio, publicado en la revista "Proceedings of the National Academy of Sciences" (PNAS). Currano y sus colegas examinaron más de 5.000 fósiles de hojas que hallaron en la cuenca del río Bighorn, en Wyoming (oeste de Estados Unidos), que datan del periodo conocido como Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno (PETM), y los años inmediatamente anteriores y posteriores.
El PETM fue un periodo de calentamiento abrupto ocurrido hace unos 56 millones de años y que coincidió con una triplicación temporal del dióxido de carbono en la atmósfera. Los científicos dicen que ese periodo es comparable al actual cambio climático, que resulta, en gran parte, de la emisión de gases de efecto invernadero.
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