Los científicos han calculado que, si continúan las pautas actuales de cambio climático global, el Ártico podría perder todo el hielo durante el verano dentro de cinco a diez años.
En el verano de 1980 el manto helado sobre el Ártico cubrió 7,8 millones de kilómetros cuadrados, y el año pasado esa cubierta se estrechó a 4,2 millones de kilómetros cuadrados. La pérdida de la cubierta de hielo por el calentamiento global, a su vez, acelera el aumento de la temperatura de los mares y la atmósfera, explican los científicos.
El hielo aumenta la reflectividad de la superficie a los rayos del Sol, y si se derrite el agua oceánica absorbe más energía solar y se calienta más rápido.
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